Estudio de diseño gráfico / enricsatue@hotmail.com / 93 555 26 15
Revista de arquitectura 23 x 39 cm
Editorial La Gaya Ciencia
Barcelona, 1974-1985

«Podéis estar orgullosos, porque desde que apareció no ha dejado de tener imitadores en todo el mundo. Tenéis que saber que una buena idea siempre invita a plagiarla o a imitarla. Pero, en efecto, como habéis sido los inventores, tenéis derecho a tratarla con cierta displicencia, variando la composición, poniendo o quitando elementos puesto que, con la identidad tan fuertemente establecida, mantiene dialécticamente la coherencia. Pero, por más cosas que hagáis, siempre será mi favorita, queriendo decir con eso que soy y seré vuestro agradecido suscriptor».
Jamás me habían dicho nada tan hermoso, y menos todavía por parte de una personalidad tan reconocida en la crítica internacional de la arquitectura como era en los años ochenta Joseph Ryckwert, autor, entre muchos otros escritos, del ensayo La casa de Adán en el paraíso.
La proyecté con la conciencia previa de que tenía que ser diferente a cualquier otra, pero sobre todo a CAU, la revista de los aparejadores que acabábamos de dejar a la fuerza. A la promotora Rosa Regàs, más lanzada que nadie, no le extrañó en aboluto toparse con un formato alargado, más propio de un diario que de una revista. Pero se adaptaba muy bien a la arquitectura, que es básicamente vertical, y a la austeridad económica que imponía la editora, sin los papeles estucados ni las impresiones a todo color de la competencia internacional. Porque la premisa consistía en medirnos con el mundo entero, y no solamente con nuestra «pobre, sucia, triste, desgraciada patria».
Bien mirado, nada pretendía pasar por ostensiblemente original. La tipografía, por ejemplo, combinaba la vulgar times para el texto (como hacían todos los diarios) y la vulgar helvética (de todas las revistas de arquitectura) para los titulares: nada del otro mundo. Y todas las imágenes, tratadas en un triste y forzoso blanco y negro. Pese a las deficiencias, fue todo un éxito, y hoy, para remacharlo, el nuevo formato que ha puesto en circulación el diario The New York Times se parece curiosamente al nuestro de 1974: con un ancho por dos alturas, el nuestro se quedó a tan sólo 47 mm de igualar la proporció actual del gran rotativo americano. ¡Qué cosas!