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«Pack con cuatro cedés y libro»
Serrat antología desordenada
Madrid, 2014

«Quico Sabaté, lo saben los que me conocen, ha sido una de las personas más importantes de mi vida. El gran amigo, el camarada, el cómplice y con quien mantuve a lo largo de casi 40 años una intensa relación de afecto y de complicidad profesional, primero colaborando desde Espira, una agencia de publicidad que escondía un nido de agitación artística, cultural y política, y más tarde creando juntos Taller 83. Su talento, su generosidad y su capacidad de trabajo fueron fundamentales para el desarrollo de un gran número de ideas, algunas de las cuales se plasmaron en el escenario. Hasta su muerte en 2010, no hay proyecto de Serrat en el que no haya participado».
«En 1981 recupero a Miralles, que colabora conmigo en En tránsito (1981), Cada loco con su tema (1983), Fa vint anys que tinc 20 anys (1984), El Sur tambén existe (1985) —con versos de Mario Benedetti—, Sinceramente teu (1986) —grabado en Río de Janeiro con la colaboración de Gal Costa, María Bethania, Caetano Veloso, Raimundo Fagner y Toquinho— y Bienaventurados (1987), el disco capaz de presumir de la más fea de las portadas de mi discografía. Yo quería hacer un cartel de Gary Cooper y salió un mojón serigrafiado».
He tratado de seguirle, hasta que fue posible del brazo con Quico Sabaté, «un año sí y el otro también, en mi objetivo de escribir canciones nuevas para montar un nuevo espectáculo y salir de gira otra vez. Cuando decreté un año sabático para descansar, acabé entendiendo que no hay nada más divertido y reconfortante para un artista que el empujón que brinda la ilusión de hacer giras y cantar para la gente».
Como bien dijo en Paraules d’amor —que son «sueños de poeta»—, esos cuarenta años de paso que llevo colaborando con «el noi del Poble Sec» me han supuesto algunas pinceladas poéticas plasmadas en fundas como Miguel Hernández, Mi niñez, Mediterráneo, la Bienaventurados que Serrat detesta a perpetuidad con toda la razón, Hijos de la luz y de la sombra, Serrat sinfónico, La orquesta del Titanic o esta última, por ahora, Antología desordenada.



